Hace poco vino a visitarnos a la residencia Nuca un simpático bebé de mascota que quería hacer compañía y estimular a nuestros residentes.
Pero Nuca no es de carne y hueso. Es un robot que consta de 5 sensores capaz de percibir el sonido, la luz o la oscuridad, el tacto, la temperatura y la posición en el espacio. Además puede distinguir entre una caricia o un golpe. Si la acaricias moverá la colita y te recompensará con un agradable sonido.
Pasamos una tarde muy entretenida hablando con ella, mirando como abría y cerraba sus enormes ojos negros con esas pestañas larguísimas, acariciándola, cuidándola....
Además comprobamos cómo aquellos residentes que apenas interaccionan con el ambiente se mostraban participativos y gustosos de tenerla entre sus brazos mientras una enorme sonrisa surcaba sus caras.
Desde aquí queremos agradecer a todas aquellas personas la labor tan extraordinaria que llevan a cabo con personas que presentan algún deterioro cognitivo o trauma psicologíco y se les ocurren inciativas tan originales como Nuca para paliar alguno de sus síntomas.
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